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Tradiciones de Campeche

La festividad de Todos los Santos o Día de Muertos es conocida en la región maya de la península de Yucatán como el Hanal Pixán o la Comida de las Ánimas.

La creencia popular, resultado de la mezcla de creencias mayas y cristianas anteriormente expuestas, es que el alma del que muere obtiene permiso para estar entre nosotros entre el último día de Octubre al 1 de Noviembre (para las almas de los niños o Hanan Paalal) y del 1º al 2 de Noviembre (para las almas de la gente mayor).

Las almas visitantes en esos días tienen la capacidad de despojar de su “alma” y aromas a los alimentos ofrecidos en sus altares, o de interactuar con la esencia de todo aquello que le solía gustar y que es ofrecido por sus familiares en las mesas preparadas especialmente para ellos.

Previo a la celebración principal de Hanal Pixán, aún existen algunas prácticas tradicionales que se puede asegurar son únicas en el mundo y descendientes directas de las tradiciones del maya antiguo. La más particular de esta se presenta en la región norte del Estado de Campeche, en el área conocida como Camino Real, donde se encuentra Pomuch.

En los últimos años, los medios de comunicación están empezando a cubrir, en las cercanías de los días de las ánimas, los acontecimientos relacionados con la Limpieza de Huesos.

Algunos años después de fallecida la persona, cuando la mayoría de la carne se ha descompuesto y desaparecido, los familiares reciben el permiso para exhumar los cuerpos de su ser querido. Todos los huesos y, en caso de existir aun, el cuero cabelludo son tomados, lavados cuidadosamente mientras su familiar platica con ellos y son colocados sobre una caja de madera de aproximadamente 50 cm por lado, sobre la cual se ha tendido previamente un manto de tela bordado por su ser querido más cercano. Una vez colocados los huesos, con el cráneo hasta la parte de arriba, estos son cubiertos por las partes restantes del manto, dejando en algunos casos descubierta la parte donde existieron los ojos y son colocados en osarios abiertos en espera de la llegada del siguiente año en que volverán ser lavados y sus ropas cambiadas por nuevas.

Las tradiciones son siempre dignas de admirar. En el caso de la festividad de Hanal Pixán es una mezcla de cultura, gastronomía, arte y folclor. Estas tradiciones deben ser difundidas con el objeto de hacerlas llegar a quien no las conocen y atesorarlas y preservarlas para las generaciones venideras.

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